El Desarrollo de Autoestima en los Niños
Como adultos, entendemos que nuestra auto-imagen depende de que entendamos el enfoque de Dios en cuanto a nosotros. Él nos creó un poco menor que los ángeles, y nos dio a Su Hijo para salvarnos. Esto quiere decir que somos importantes para Dios, y que Él nos ha otorgado gran valor.
Así que, ¿cómo podemos inculcar en nuestros hijos autoestima adecuada?
Debemos tratar a nuestros hijos como regalos del Creador.
El salmista escribió: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” (Salmos 127:3). Los niños son importantes ya que son regalos de Dios. Esto es cierto, sea que se hable de niños biológicos o adoptados. Dios nos da a nuestros hijos. Nosotros debemos reconocer esto y entender esto.
No debemos esperar más de lo que pueden realizar.
En Colosenses 3:21, Pablo escribió a los padres cristianos en Colosas: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. Hay un límite entre animar a nuestros hijos a ser mejores y hacer las cosas mejor y esperar más de lo que ellos pueden dar. Algunas veces los padres pueden ser impacientes, no permitiendo que sus hijos crezcan y maduren. Algunas veces esperamos que un niño de 10 años se comporte y piense como una persona de 20 años. Desde luego, este no es un enfoque realista.
Debemos proveer un hogar estable que es funcional y pacífico.
Si queremos que nuestros hijos tengan autoestima saludable, necesitamos fortalecer nuestros matrimonios. Nuestros hijos desarrollarán un enfoque en cuanto a la vida, en cuanto a otros y en cuanto a sí mismos al observar la manera en que el padre y la madre interactúan entre ellos. ¿Respeta a su cónyuge? ¿Escucha a su cónyuge? Cuando usted y su cónyuge tienen un desacuerdo, ¿discuten sin respeto y entendimiento? Si regaña a su cónyuge por algo que relativamente no tiene importancia, su hijo entenderá que usted también le regañará por algo irrelevante. Eso crea autoestima baja. Ellos tendrán dudas de realizar algo ya que sentirán temor de cometer un error y ser regañados. Una familia funcional crea a un niño saludable.
Esto nos lleva a un punto principal. Especialmente el padre es responsable de crear un ambiente saludable para la familia—no solo físicamente, sino también emocionalmente, psicológicamente, socialmente y espiritualmente. Si su hijo sabe que usted desea su mayor beneficio, entonces le podrá transmitir amor, valor y respeto. Como resultado, él tendrá autoestima adecuada. La enseñanza frecuente de la Biblia también ayuda a desarrollar la “estima de Dios” que sus hijos necesitan. Ellos necesitan tener una relación con Dios, y la manera de lograr esto es al enseñarles la Palabra de Dios.
Debemos permitir que los niños sean niños.
Los niños necesitan tiempo para jugar y relajarse. A veces pensamos que nuestros hijos deben estar muy ocupados desde el momento que les recogemos del colegio hasta el momento que van a dormir. Tenemos un horario para ellos. Se les fuerza a pensar y actuar constantemente. Algunos años atrás leí un libro que algunos investigadores educacionales escribieron. El título revela mucho: Einstein No Usaba Tarjetas de Ayuda Pedagógica. Tenga un tiempo estructurado de juego.
Debemos enfocarnos en las fortalezas de nuestros hijos en vez de sus debilidades.
Puede darse el caso de que nosotros seamos fuertes en el área que ellos son débiles, así que podemos compararnos (injustificadamente) con ellos. Considéreles como personas únicas, hechas a la imagen de Dios, con una mezcla de fortalezas y debilidades. Permítales que formen su propia personalidad, y enfóquese y enfatice sus puntos fuertes.
Debemos recordar que los niños también son seres humanos.
Yo tengo siete años más que mi hermano. Recuerdo que cuando éramos pequeños, mi padre ocasionalmente preguntaba en cuanto a mi hermano: “¿Por qué hizo eso?”. Mi mamá entonces respondía: “Porque él tiene solamente _____ años”. Mi madre estaba permitiendo que Tim (mi hermano) se comportara como un niño, creciera y cometiera sus propios errores. Sea pronto en perdonar a sus hijos. Si ellos necesitan pagar algo por romper algo, está bien. Pero no se involucre en la idea de la balanza de las buenas obras y malas, enseñando a sus hijos que deben hacer una obra buena por cada obra mala que hagan. Si tiene que castigarles, hágalo. Luego perdóneles y continúe.
En cuanto a sus debilidades, debemos enseñarles a superar los obstáculos.
Vencer los obstáculos es una manera fantástica de desarrollar autoestima. Puede hacer una lista de soluciones. Luego evalúe las soluciones para ver cuál funcionará bajo la circunstancia dada. Escoja una solución; si no funciona, trate algo diferente. Si ayuda a sus hijos a evaluar las soluciones y escoger las que pueden funcionar, una vez que encuentren la solución, ellos se sentirán exitosos.
Debemos disciplinarles con amor.
Emocionalmente, psicológicamente y espiritualmente, los niños necesitan instrucción y disciplina. Observe a sus hijos, y lo que ellos disfrutan, y use tales cosas para enseñarles disciplina. Esto tal vez no funcione o no sea recomendable para cada niño; pero por ejemplo, en el caso de mi hija mayor, si le digo que no tendrá acceso a sus libros de lectura hasta que no haga algo, ¡entonces eso le motiva a hacer una tarea determinada!
Finalmente, debemos ayudarles a desarrollar un sentimiento de pertenencia.
Hágales saber que está contento de que ellos estén en casa después de haber ido al colegio, etc. Hágales saber que está agradecido de que estén juntos. Dios dice que cada cristiano es una parte vital del cuerpo. También se necesita enseñar esto a los niños en cuanto a su familia física, y se debe procurar que ellos sientan lo mismo al respecto. Los quehaceres del hogar u otras tareas ayudan a que los niños se sientan necesitados y valiosos.
Es mi oración que Dios nos ayudará a preparar a nuestros hijos para que pasen la eternidad en el cielo con Él.
Derechos en español © 2014 por www.ebglobal.org. Traducción por Moisés Pinedo. Título original en inglés, “Building Self-Esteem”, Parte 1 y 2, en Droplets of Living Water, 14 de octubre y 4 de noviembre, 2013.