¿Hace referencia Hebreos 1:8 a Jesús como Dios?

Resumen

La gramática y la lingüística griega prueban fuera de toda duda que Hebreos 1:8 hace referencia a Jesucristo como Dios.

Ha habido mucho debate en cuanto al significado de Hebreos 1:8, el cual dice en la RVR1960: «Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino». Este versículo realmente es una cita del salmo 45:6. La Traducción del nuevo mundo de 2019 dice: «Dios es tu trono para siempre jamás». En cuanto a la cita del salmo 45:6, esta misma traducción dice: «Dios será tu trono para siempre jamás». Observe que esta traducción indica que el Padre dice a Jesús el Hijo que Dios es Su trono. Aparte de que esta traducción no tiene sentido, contradice la gramática y la lingüística griega.

La controversia tiene que ver con que si «Dios» (theos) es el sujeto, el predicado nominal o el vocativo nominal. Si el primero fuera correcto, la frase sería traducida: «Dios es tu trono». Si el segundo fuera correcto, la frase sería traducida: «Tu trono es Dios». Si la tercera posibilidad, el vocativo nominal, fuera correcta, la frase sería traducida: «Tu trono, oh Dios». La comunidad erudita considera la tercera posibilidad como la traducción apropiada debido a la evidencia lingüística y gramática firme para el uso vocativo en el que se señala a Jesús como «Dios». Wallace hizo una investigación extensa de las tres posibilidades sintácticas y dio cuatro razones gramaticales a favor de la tercera opción.[1]

Otros eruditos del griego confirman las observaciones de Wallace. Por ejemplo, en su Manual de la gramática del Testamento griego, Samuel Green señaló: «Cuando se usa el nominativo por el vocativo en la apelación directa, el artículo lleva el prefijo», y luego indicó que Hebreos 1:8 es un ejemplo de esta expresión griega, describiéndola como «elíptica».[2] Alford indicó que las dos primeras traducciones «son un abuso de la construcción ordinaria», y describió la traducción «Tu trono es Dios» como «completamente inadecuada».[3] Ya que a menudo se usa el caso nominativo por el vocativo, Clarke señaló que «el hebreo original no puede ser traducido consistentemente de ninguna otra manera», y que la traducción del predicado nominal «no transmitirá el sentido que se sugiere sin añadir esti a la frase» [esti es la tercera persona singular del verbo «ser»].[4] De hecho, Lenski observó correctamente que «aquí tenemos un vocativo incluso en el hebreo como en la LXX [la Septuaginta] y en el libro de Hebreos, y solamente la indisposición de los comentaristas de que se considere directamente al Hijo como Elohim […] “Dios”, ha ocasionado la búsqueda de una construcción diferente […]. El Hijo es “Dios” en el sentido absoluto de la palabra».[5] Similarmente, Delitzsch observó: «Dios no es la substancia del trono, ni el trono mismo puede ser considerado como una representación o figura de Dios: En este caso el predicativo Elohim requeriría ser considerado como genitivo […], lo cual, ninguna clase de sintaxis hebrea puede sostener».[6] En su análisis clásico de los Salmos, Alexander también se opuso a las dos primeras posibilidades: «Para evitar la atribución obvia de divinidad contenida en la primera cláusula, se ha propuesto dos construcciones muy forzadas […]. La explicación de Dios como vocativo no es solamente la única que es más obvia […], sino también se encuentra en todas las versiones antiguas y es adoptada en el Nuevo Testamento».[7] En su tratado muy conocido en cuanto a los Salmos, Leupold estuvo de acuerdo en que la tercera posibilidad es «la traducción simple y obvia, sostenida por todas las versiones prominentes».[8] Barnes declaró que el Salmo 45:6 «es indudablemente una declaración al “rey”, a quien se hace referencia como Dios, como alguien a quien el nombre de Dios se puede aplicar adecuadamente; y de la manera en que el autor de la epístola a los Hebreos la aplica al Mesías, prueba claramente que Cristo es divino».[9] En su comentario sobre Hebreos, Barnes añadió: «La palabra Dios debería ser considerada en su sentido natural y obvio […]. Aquí la forma, de Dios, está en el caso vocativo, no en el nominativo […]. Entonces, esta es una declaración directa en cuanto al Mesías, llamándolo Dios […], una prueba completa de que el Señor Jesús es divino».[10]

Se puede extender la lista de autoridades lingüísticas. La traducción de los testigos de Jehová en el Salmo 45:6 y Hebreos 1:8 no tiene justificación. Jesús es Dios.

[1] Daniel Wallace, Gramática griega más allá de lo básico [Greek grammar beyond the basics] (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1996), 59. Vea también Daniel Wallace, El fundamento de la sintaxis del Nuevo Testamento [The basics of New Testament syntax] (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2000), 36.

[2] Samuel Green, Manual de la gramática del Testamento griego [Handbook to the grammar of the Greek Testament] (Nueva York: Fleming Revell, 1880), 213, 224.

[3] Henry Alford, El Testamento griego de Alford [Alford’s Greek Testament] (Grand Rapids, MI: Baker, 1980), 20.

[4] Adam Clarke, Comentario bíblico de Clarke [Clarke’s commentary on the Bible] (Nashville, TN: Abingdon), 365-366.

[5] Richard C. Lenski, La interpretación de las epístolas de Hebreos y Santiago [The interpretation of the epistle to the Hebrews and of the epistle of James] (Peabody, MA: Hendrickson, 2001), 54.

[6] Franz Delitzsch, Comentario del Antiguo Testamento: Salmos [Commentary on the Old Testament: Psalms] (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1976), 5:82-83.

[7] Joseph Alexander, Los Salmos traducidos y explicados [The Psalms translated and explained] (Grand Rapids, MI: Baker, 1975), 203.

[8] Herbert C. Leupold, Exposición de los Salmos [Exposition of the Psalms] (Grand Rapids, MI: Baker, 1969), 361.

[9] Albert Barnes, Notas sobre el Antiguo Testamento: Salmos [Notes on the Old Testament: Psalms] (Grand Rapids, MI: Baker, 2005), 32.

[10] Albert Barnes, Notas sobre el Antiguo Testamento: Hebreos [Notes on the New Testament: Hebrews] (Grand Rapids, MI: Baker, 2005), 38.