Conserve a Cristo en el cristianismo: El perdón

Resumen

Aunque en ocasiones esto puede ser difícil, debemos esforzarnos en mostrar la actitud perdonadora del Hijo de Dios.

— Lectura bíblica recomendada: Lucas 23:33-34

Introducción

I. Aquí tenemos una de las características de Jesús que es más difícil de imitar.

II. El perdón es algo que todos queremos recibir pero que tenemos problemas en conceder.

III. Ser «Cristos pequeños» (cristianos) demanda que perdonemos, a pesar de la dificultad.

Exposición

I. La concesión del perdón.

A. Las Escrituras del Antiguo Testamento presagiaban la concesión divina de perdón para la humanidad caída (Génesis 3:15; 12:3; 22:17-18; Isaías 1:18; 52:13-53:12; 55:6-7; Jeremías 31:31-34; 33:8).

B. Jesús sufrió en la carne para conceder esta promesa a la humanidad (Mateo 20:28; 26:26-28; Lucas 19:10; 24:45-47; Hechos 5:31; 13:38-39; Efesios 1:7; 1 Juan 1:9).

II. La demanda del perdón.

A. Se demanda mucho de aquel a quien se concede mucho (Lucas 12:48), y ya que se nos ha perdonado mucho, se espera que seamos gente perdonadora.

B. Frecuentemente el Nuevo Testamento demanda que perdonemos como hemos sido perdonados.

1. Se presenta esto como un mandamiento (Mateo 18:15-17; Lucas 17:3-4).

2. Se debe conceder el perdón en imitación del Señor (Efesios 4:32-5:2; Colosenses 3:12-13).

3. Si rechazamos perdonar los pecados de otros cuando ellos se arrepienten, tampoco seremos perdonados (Mateo 6:12-15; 18:21-35; cf. Mateo 5:23-24).

III. El ejemplo del perdón.

A. Jesús no demanda nada de nosotros que Él no haya demostrado.

B. Considere algunos ejemplos de Su humildad en las Escrituras:

1. Él perdonó a aquellos a quienes la sociedad rechazaba (Lucas 7:36-50; 23:39-43; Juan 7:53-8:11).

2. Perdonó a los discípulos que Lo abandonaron anteriormente (Juan 21:15-19).

3. Perdonó a Sus enemigos que se arrepintieron (Lucas 23:34; Hechos 2:37-38; Romanos 5:6-11).

4. Sus discípulos también perdonaron profundamente (cf. Hechos 7:54-8:3 con 9:26-30; 21:8).

Conclusión

I. Podemos ver el cambio radical que se espera de aquellos que son «Cristos pequeños».

II. Una vez más, nuestro Maestro solamente demanda de nosotros lo que nos ha concedido y demostrado.

III. Aunque en ocasiones esto puede ser difícil, debemos esforzarnos en mostrar Su actitud perdonadora.