La Familia que Ora Junta…Permanece Junta

¿Existe la oración diaria en su familia? ¿Cuán frecuentemente ora su familia junta? La oración es una bendición que muchas familias no disfrutan. La comunicación con Dios puede ser una herramienta poderosa en la felicidad y fortaleza de su hogar. Cuando las familias toman tiempo para alabar y orar a Dios, pueden recibir muchos beneficios. A través de la oración, los padres cansados y frustrados reciben fortaleza, sabiduría y ánimo. La oración muestra a nuestros hijos que dependemos de Dios y que Él merece un lugar especial en nuestros corazones. Hablar con Dios fortalece la relación amorosa de compromiso entre esposo y esposa y padres e hijos. Cuando los miembros de la familia oran el uno por el otro, se valoran más. La oración también enseña a las familias a mirar más allá de sus propias vidas para descubrir las necesidades de otros.

Busque oportunidades para orar con su familia. La hora de la comida es una ocasión perfecta para enseñar gratitud. Anime a sus hijos a tomar turnos para orar a la mesa. De igual manera, la hora de dormir es una oportunidad maravillosa para la oración. No se debería concluir un día sin hablar con Dios. No pase por alto otros tiempos obvios tales como cuando los miembros de la familia se separan en la mañana para realizar sus actividades, cuando hay enfermedad o dolor, cuando se debe tomar decisiones familiares importantes, al comienzo de un viaje, y en los cumpleaños, celebraciones o aniversarios. Use su imaginación. ¿Qué buenas oportunidades para orar está pasando por alto? Nunca se ocupe tanto como para no tener tiempo para la oración.

Los padres deben llegar a ser los modelos de oración para sus hijos. En una ocasión, los discípulos pidieron a Jesús: “enséñanos a orar” (Lucas 11:1). La oración es una acción que se aprende. No hay nada de malo en enseñar a nuestros hijos a manejar una bicicleta, patear la pelota, nadar o conducir, ¡pero asegurémonos de enseñarles a orar! Se espera que cuando lleguen a la edad de salir del hogar, la oración sea tan natural para ellos como la respiración. La oración será un regalo confortante e inspirador para el resto de sus vidas. En nuestra instrucción, es esencial que les enseñemos a someterse a la voluntad de Dios (lea Mateo 26:36-46 y 2 Corintios 12:7-10). La oración no se trata de demandar que Dios se conforme a nuestra voluntad, sino es una demostración de nuestra fe para hacer Su voluntad. Los niños necesitan saber que algunas veces Dios responde nuestras oraciones con un “Sí”, y otras veces con un “No”. En ocasiones, responde con un “Espera” o “Tengo algo mejor para ti”. Es importante que ellos entiendan que podemos confiar en que Dios siempre hará lo mejor por nosotros incluso cuando no lo entendemos. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6). El apóstol Pablo hizo recordar a los cristianos: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Si no lo ha estado haciendo antes, comience a orar con su familia hoy. Esto es demasiado importante como para ignorarlo en su círculo de amor. Si ha estado orando, continúe haciéndolo y comprométase a crecer en esta área. ¡La oración es un privilegio y bendición que su familia debe disfrutar junta!